lunes, 23 de noviembre de 2015

Caballitos de mar

El caballito de mar es una de las criaturas marinas más interesantes del mundo por su singular aspecto y su atractivo hacia las personas. Su nombre se debe al parecido entre sus caras y las de los caballos. Es del género hippocampus, que constituyen un grupo de peces marinos pertenecientes a la familia Syngnathidae. “Caballito de mar” deriva de “hipocampo”, palabra del griego antiguo que significa ‘caballo’ y ‘monstruo marino’.
Los fósiles de los caballitos de mar son escasos, pero se han encontrado algunos que se remontan a unos 3 millones de años. Se cree que estas criaturas evolucionaron hasta ser capaces de sobrevivir en zonas de aguas poco profundas y de ocultarse en dichas zonas gracias a la habilidad de mezclarse con el entorno.
Según el Registro Mundial de Especies Marinas, hay 53 especies de caballitos de mar. No se sabe exactamente su esperanza de vida  sino que se extiende desde aproximadamente un año para las especies más pequeñas, con un promedio de tres a cinco años para las especies más grandes.

Actualmente, los caballitos de mar están en peligro de extinción. Existen tres razones principales: En primer lugar, la medicina tradicional china, con más de 20 millones de caballitos de mar al año siendo utilizados con fines medicinales. 
Se utilizan como recuerdos en muchos países. Son deliberadamente extraídos del mar y puestos a morir bajo el sol hirviente. El comercio de animales tiene un estimado de mil millones de caballitos de mar al año. Se cree que menos de 1.000 de ellos viven durante más de seis semanas.

Tipos de Caballito de Mar


  • Caballito de mar común.


              


















  •   Caballito de mar pigmeo.















  •  Dragón de Mar Foliado

















  • Caballito de mar barrigudo.
















  • Dragón de mar.













Morfología

El cuerpo de los caballitos de mar está cubierto por una armadura de placas o anillos de constitución ósea. Su forma de nadar es muy diferente a la de los demás peces. Adoptan una posición erecta, impulsándose con su aleta dorsal. El desplazamiento vertical lo consigue ajustando el volumen de aire de las vejigas natatorias y mediante las aletas pectorales. Las aletas son muy tenues y tienen forma de abanico. La dorsal impulsa los desplazamientos horizontales, y la agita unas 3 veces y media por segundo. No tienen aleta anal, en su lugar tienen una cola prensil, que se enrolla en espiral y les permite aferrarse a corales y plantas subacuáticas. 

 Son miméticos, y, según la especie, capaces de desarrollar largos filamentos de piel, o cambiar su color, para confundirse entre las macroalgas de su entorno. Esta estrategia de camuflaje es vital para su supervivencia, ya que, al ser muy lentos de movimientos, no pueden huir eficazmente de sus predadores. Los caballitos de mar se han encontrado en estómagos de grandes peces pelágicos, tales como el atún, la castañeta roja, el pez dorado, o de cangrejos y aves de mar.

 Respiran mediante branquias y su cuerpo se soporta gracias a una columna vertebral. Para comunicarse con sus congéneres, provocan una especie de chasquido con rápidos movimientos de su cabeza, haciendo rozar una parte del cráneo con una parte de su esqueleto externo superior. Este sonido también es perceptible en cautividad, cada vez que aspiran una presa con su tubo bucal.

 El sentido del olfato está ubicado en unas fosas olfativas —situadas delante de los ojos— que filtran el agua, que es analizada con precisión por células especializadas. Su oído está compuesto por unos pequeños huesos, llamados otolitos, que son utilizados para recibir vibraciones externas.

 En esta especie animal es el macho quien se ocupa del desarrollo de los huevos. La hembra usa su ovopositor para insertar los huevos maduros dentro de la bolsa incubadora del macho, en donde son fertilizados. Esta bolsa denominada marsupium, que permite diferenciar externamente los sexos,4 se transforma facilitando nutrientes a los embriones, los que en unas tres semanas estarán preparados para afrontar por sí mismos la aventura de su vida.

Características

  • El cuerpo de los caballitos de mar está cubierto por unas de placas o anillos de constitución ósea. Su forma de nadar es muy caracteristica a la de los demás peces. Adoptan una posición erecta, impulsándose con su aleta dorsal.El desplazamiento vertical lo consigue ajustando el volumen de aire de las vejigas natatorias y mediante las aletas pectorales. Las aletas son muy tenues y tienen forma de abanico. La dorsal impulsa los desplazamientos horizontales, y la agita unas 3 veces y media por segundo. No tienen aleta anal, en su lugar tienen una cola prensil, que se enrolla en espiral.
    • EL SENTIDO DEL OLFATO:


    El sentido del olfato está ubicado en unas fosas olfativas ,situadas delante de los ojos, que filtran el agua. Que es analizada con precisión por células especializadas. Su oído está compuesto por unos pequeños huesos, llamados otolitos, que son utilizados para recibir vibraciones externas.
    • EL CUIDADOR DE LOS HUEVOS:



    EL MACHO: En esta especie animal es el macho quien se ocupa del desarrollo de los huevos.

    LA HEMBRA: La hembra usa su ovopositor para insertar los huevos maduros dentro de la bolsa incubadora del macho, en donde son fertilizados.Esta bolsa denominada marsupium, que permite diferenciar externamente los sexos, se transforma facilitando nutrientes a los embriones, los que en unas tres semanas estarán preparados para afrontar por sí mismos la aventura de su vida.


    REPRODUCCIÓN

    • Se aparean estacionalmente, cuando se incrementa la temperatura del agua. Después de un baile ceremonial, la pareja de caballitos entrelazan sus colas, y, tras una serie de "contoneos" mezclados con períodos de pausa, que pueden ser de 15 a 20 minutos, el macho deja caer su líquido seminal al exterior, y la fecundación de los huevos se produce según los huevos van entrando en el saco del macho. Las hembras trasplantan sus huevos con ayuda de una papila genital, apéndice cloacal u ovopositor, de unos tres milímetros de largo, en la bolsa ventral de los machos, donde pueden desarrollarse bien protegidos. Tanto la entrada de los huevos en el saco, como su fertilización, ocurren en un proceso extraordinariamente rápido (apenas 6 segundos). Esta estrategia es una manera más de asegurar que los huevos proceden exclusivamente de una sola hembra, con lo que se asegura la monogamia genética para ese lote de huevos.
    • El oxígeno se difunde a través de los capilares del tejido que reviste los huevos. Las hormonas ayudan a crear un fluido placental, que baña una pequeña parte del huevo que sobresale de los tejidos de la bolsa. El medio creado por el fluido en la bolsa se altera durante el proceso de procreación, pasando de ser parecido a los fluidos corporales, a parecerse al agua del mar circundante, presumiblemente para reducir el estrés de las crías en el momento del alumbramiento.
    • El período de gestación dura entre 10 días y 6 semanas, dependiendo de las especies y de la temperatura del agua del mar. Pasado este plazo, el macho deja salir las crías del interior de su bolsa durante varias horas, contrayendo su cuerpo para hacer presión y liberarlas. El nacimiento de los alevines parece ser agotador para el padre. Agarrándose firmemente con la cola sobre un soporte, frota su bolsa contra una concha o roca hasta que salen los alevines, con fracciones de los tejidos internos del padre.
    • Las crías son réplicas en miniatura de sus padres, de unos siete a once milímetros de largo. Los primeros días entrarán y saldrán de la bolsa según haya peligro o no en el exterior. Tienen entre 10 y más de 400 crías, dependiendo del número de apareamientos, y de la especie que se trate.
    • Las hembras parecen madurar al mismo tiempo que los machos, siendo visible su ovopositor cuando está transfiriendo los óvulos al macho.
    • La reproducción puede estar influenciada por la luz, la temperatura y las turbulencias del agua del mar de la zona

Alimentación

Los caballitos de mar son depredadores de pequeños invertebrados. Poseen un sistema visual con ojos que tienen movilidad independiente entre sí, les ayudan a reconocer sus presas, pequeños crustáceos que forman parte del zooplancton. Cuando la presa se pone a su alcance es aspirada a través de su hocico óseo por medio de un rápido movimiento de su cabeza. Tragan enteras a sus presas al no disponer de dientes, y se ven obligados a consumir grandes cantidades de comida, ya que prácticamente carecen de estómago.

Gracias al hocico tan largo que tiene, el caballito de mar es capaz de consumir sus alimentos con facilidad. Come lentamente y puede dedicarle gran parte del tiempo a ello diariamente. El camarón de salmuera constituye una de sus principales fuentes de alimentación debido a que suele ser muy abundante en algunas zonas donde habita. También se alimenta de pequeños crustáceos que se encuentran flotando en la superficie del agua, o de invertebrados y larvas de peces que son nativas de un hábitat en particular. Generalmente el caballito de mar no tendrá problemas para encontrar comida suficiente en su medio natural.

Los hipocampos tienen una gran capacidad para mezclarse perfectamente con el entorno, siendo este un mecanismo que aprovechan para esperar con paciencia la llegada de sus presas sin ser vistos. Una vez que el caballito de mar realice su emboscada, la presa tendrá pocas posibilidades de escapar. Lo que puede resultar interesante es que el caballito de mar no tiene estómago, por eso es que come casi todo el tiempo ya que el proceso de digestión ocurre rápidamente. Además no tiene dientes, se traga los alimentos íntegramente, siempre y cuando quepan en su hocico. En cautiverio los caballitos de mar consumen muchos alimentos congelados, los cuales están especialmente diseñados para asegurarse de mantenerlos saludables, incluso algunos de estos alimentos contienen antibióticos. Alimentar a los caballitos de mar sobre una base regular puede ayudar a evitar bacterias o infecciones a las que ellos son propensos y como resultado, vivirán más saludables y durante más tiempo.


Habitat de los caballitos de mar

El caballito de mar o hipocampo habita en muchas zonas alrededor del mundo, fundamentalmente en toda América del Norte y del Sur. Normalmente se encuentra en aguas tropicales poco profundas y de temperaturas muy calientes, viviendo entre los corales, algas y manglares. Se conoce además que en Europa los caballitos de mar residen en el estuario del Támesis y que muchas de las especies más grandes viven en el mar Mediterráneo.
Existen especies de caballitos de mar que se caracterizan por ser muy territoriales. Los machos suelen tener alrededor de 11 metros cuadrados de territorio y las hembras tienen hasta 1.100 metros cuadrados. En muchas regiones, este hábitat se vuelve cada vez más pequeño.

Para los caballitos de mar que habitan en su entorno natural, el coral ofrece un lugar perfecto para descansar. Aproximadamente el 25% de ellos pasan gran parte de sus vidas refugiados en el coral, bien agarrados entre las pequeñas grietas. La versatilidad de los caballitos de mar y su entorno natural resulta en ocasiones algo muy impresionante.


Los caballitos de mar generalmente habitan en aguas casi estancadas o de movimientos lentos, lo que se debe a su escaza habilidad para nadar. Frecuentemente tienen que quedarse anclados al coral o a las algas para poder descansar. Las tormentas son una de las principales causas de muertes en la población de caballitos de mar pues estas condiciones climáticas pueden alterar drásticamente el entorno, causando fuertes movimientos en las aguas y por tanto, gran número de muertes por agotamiento.



Otro factor que continua poniendo a estas criaturas en peligro es la contaminación del agua en que habitan. Debido al volumen de la pesca comercial, así como a la caza con fines medicinales, millones de ellos son removidos de su hábitat natural cada año. Las redes de pesca pueden cubrir amplias áreas donde se sabe que vive el caballito de mar y diariamente se extrae un gran número de ellos, siendo a menudo machos que llevan los huevecillos de donde ya no podrán nacer sus crías.